Al verse acorralado y ante el temor de morir Clark no ve más opción que acercarse pacíficamente al grupo de hombres; sin mucho aliento, sin esperanza alguna, con sus brazos arriba y los ojos cerrados va hacia ellos, quienes confundidos y con miedo lo abordan y le cuestionan sus intenciones y si se encuentra con alguien más. Él atiende a todo lo que le ordenan y acuden a ayudarlo con la herida ocasionada por su choque con el vidrio.
El grupo de hombres esta conformado por sobrevivientes que posterior al conflicto nuclear decidieron reunirse formando un refugio y darse apoyo trabajando conjuntamente en la búsqueda de recursos para sobrevivir. Tras lo ocurrido recientemente Clark hace el primer contacto con el grupo de los sobrevivientes llamados así mismos Hibakushas en relación a los sobrevivientes de la bomba nuclear en Hiroshima durante la segunda guerra mundial ocurrida hace 80 años. Se trata de un grupo conformado entre mujeres y hombres jóvenes, entre los 20 y 30 años, 6 personas mayores y 10 chicos menores de sedad entre los 10 y los 15 años, en total son 42 personas que en la inmediatez de lo sucedido (bombas nucleares lanzadas por los países en guerra) se juntaron y decidieron que el trabajo en grupo y permanecer unidos es clave para la supervivencia. Clark es bien recibido y los lideres del grupo lo perciben como un joven prometedor que podrá aportar mucho a los Hibakushas, su capacidad de liderazgo frente al grupo y total lealtad lo hacen ganar rápidamente reconociendo de las personas. De esa manera y mientras fue pasando el tiempo Clark empieza a ocupar cargos de mando hasta llegar a ser uno de los cabecillas de todo el grupo, entregado a su gente hace lo posible por defenderlos e incluso logra mantener treguas con los otros grupos para evitar enfrentamientos directos durante largos periodos de tiempo, garantizando así momentos de paz en el escenario postapocalípticos.